El descubrimiento
Madre:
¿Cómo es posible que cargues con tal mentira y falsedad? ¿Qué debo hacer con esto que ahora se? Esa mirada sorprendida en tus ojos, esa la ambición que tratas de ocultar.
Podría guardar este secreto bajo llave, sepultarlo en lo más profundo de mí, como si nunca lo hubiera sabido. Pero ¿es eso justo? ¿Debo ser cómplice de tu engaño, de tus acciones ocultas y dañar a mi familia?
Me asalta la duda, el conflicto de si debo hablar o callar. Revelar este secreto podría destrozar la imagen que todos tienen de ti, pero ¿acaso mereces seguir protegida por una máscara de mentiras? ¿Crees que una sonrisa puede arreglarlo todo? Si hablo, habrá dolor, habrá lágrimas y desesperación, incluso una tragedia.
Sin embargo, si callo, ¿qué consecuencias traerá eso? ¿Seré cómplice de tus acciones, permitiendo que sigas por el camino de la mentira? ¿Podré vivir con la carga de guardar tu secreto mientras observo cómo continúas mintiendo?
¿Qué puedo hacer? La moralidad y la ética entran en conflicto dentro de mí, dejándome en una encrucijada sin salida. Es como si el destino me hubiera puesto a prueba, para decidir si debo ser justa y valiente, o si debo ser compasiva y protegerte. Pero mira en lo que te has convertido, niña ¿Qué hago?
No puedo evitar sentir que tengo el poder de cambiar todo, de liberarte de esa falsa sonrisa. Tengo el poder de destruirte, de destruir esa imagen que tanto te esfuerzas por mantener.
Quizás lo mejor sea hablar contigo, enfrentarte a tus mentiras y ayudarte a pensar las consecuencias de tus acciones. Pero, por otro lado, también siento el peso de este secreto sobre mí. ¿Podré soportar la responsabilidad de revelarlo? ¿Estoy preparada para enfrentar las consecuencias que mi decisión podría desencadenar? ¿Qué mi esposo me vea diferente después? ¿Vale la pena?
Necesito tiempo para reflexionar, para encontrar la respuesta. Por ahora, guardaré este secreto en el rincón más oscuro de mi mente y esperaré el momento adecuado para tomar una decisión.
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