La Traición
Hijo:
¿Cómo pudo hacerme esto? Sonreír juntos en la foto como si nada hubiera pasado, como si no me hubiera apuñalado por la espalda, como si no le haya importado traicionarme. ¿Acaso no le importo aceptar lo que por derecho es mío? ¿No notó como me carcomía la rabia mientras miraba a otro lado?
Esa sonrisa falsa en su cara, mientras se acerca como si nada hubiera cambiado, me enfurece. No puedo soportar esta traición encubierta, este juego de apariencias y mentiras. Pero todo cambiará, tengo un plan, una venganza que le mostrará el dolor que ha causado.
No voy a seguir actuando como si no pasara nada, como si no hubiera pasado nada. Es hora de que ella sienta lo que yo siento, el dolor de ser traicionado, de ser herido por alguien en quien confiaba.
Ella pensará que todo está bien, que nuestra relación superficial continúa, pero no tiene idea de lo que le espera. La hare sufrir en el momento perfecto, cuando menos lo espere, cuando se sienta segura y cómoda en su pequeño mundo de engaños.
No me importa si me ven como el hijo distraído, que acepta esa decisión absurda, cuando ella solo es una aparecida. Esa es mi ventaja, mi carta oculta, porque bajo esa apariencia despreocupada, estoy trazando mi venganza, mi red de rencor.
Esperaré pacientemente el momento adecuado, para devolverle lo que me ha quitado. Pero por ahora, mantendré esa sonrisa fingida, como si todo estuviera bien, como si no supiera lo que hizo.
Pronto, muy pronto, ella aprenderá que nadie juega con lo mío. El que ríe de ultimo, rio mejor. Mi venganza se acerca, y nadie escapará de las consecuencias de su traición, incluso aunque sean familia.
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